Según reporteros e investigadores internacionales, a las
costas de Nicaragua ingresan, de forma ilegal, aletas de tiburones que se
exportan “legalmente”.
Este país ha explotado indiscriminadamente sus propias
riquezas marinas. Inclusive, en el Lago de Nicaragua al que se le denomina “la
mar dulce”, desde hace ya más de 30 años no se volvió a ver el tiburón de agua
dulce (ni vivo ni muerto) - Declaró un periodista estadounidense.
Según los informes publicados en diversos diarios
internacionales, “en las aguas del Océano
Pacífico, frente a Costa Rica y Nicaragua, los tiburones no están mordiendo
personas, sino al contrario, hay barcos industriales que están acabando con
estos animales de forma cruel”
A pesar de que en Nicaragua existe una Ley de Pesca (artículo
75) donde dice que “se prohíbe la captura
de tiburones con el único propósito de cortarle cualquiera de sus aletas”,
las autoridades no hacen algo al respecto.
Entidades costarricenses dedicadas a la protección de vida
marítima, cansados de esta situación, demandaron a finales de agosto del
presente año a su mandataria, que firmara un documento donde “se decrete la
obligatoriedad de importar los tiburones con sus aletas adheridas de manera
natural”. Esta carta aseguraba que desde fines del 2010 se importaron 15 TM de
aletas de tiburón desde Nicaragua. Según cifras oficiales, en el 2012 se han
exportado aletas de tiburón hacia Hong Kong por más de US$100,000.
Cabe resaltar que, para llenar un pequeño contenedor, cada
embarcación necesita matar a unos 200 tiburones a los que capturan en alta mar
cortándoles las aletas y retornándolos al agua con la herida abierta, donde
mueren lentamente.
En respuesta a esta petición, el 10 de octubre la presidenta
de Costa Rica, Laura Chinchilla, firmó un decreto fortaleciendo los controles
contra el aleteo de tiburón dentro de aguas jurisdiccionales costarricenses.
Colombia es un país de grandes riquezas naturales que hacen
que muchas naciones pongan sus miradas en él.
Hoy pierde gran parte de mar territorial en la zona Caribe, cediéndosela
sin luchar a Nicaragua. Y tendrá que seguir
de brazos cruzados al ver que se explotarán las especies marinas que allí
habitan y no podrá hacer nada para defenderlas.
Los pescadores del archipiélago de San Andrés también se
verán afectados al no poder pescar libremente por las aguas que les brindaban el
sustento para sus familias.
Mañana, ¿a quién más tendremos que cederle territorio
Colombiano?
~ Sandra Patricia Rodríguez Ortegón
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